Estaba de viaje sin billete de vuelta, tenía claro que quería hacer algo relacionado con la cooperación, y en cuanto me enteré de que Ayuda Sri Lanka existía, no dudé en ir a probar la experiencia. Llegué de improvisto, sin pensarlo demasiado y con muchas ganas de ayudar en algo. Me acuerdo de que no quería ser la típica que iba solo a sacarse cuatro fotografías e irse. Quería mover, hacer, ayudar, aportar, cambiar e incluso pensar en algún proyecto nuevo. Me había puesto tanto ese objetivo que no os voy a engañar, me agobié solo de leer todo lo que se podía hacer. Era mi primer voluntariado, iba sola, no sabía qué se esperaba de mí ni cómo iba a ser todo eso, no sabía por dónde empezar ni cómo hacerlo.
Tardé poco en comprender que los organizadores de la ONG tenían razón, estando dos o tres días allí ya me di cuenta de que ya estaba ayudando. No hay que olvidar, que solo por ser de sitios diferentes ya pensamos y actuamos de distinta manera. Queremos llegar y hacer de todo y nos olvidamos de lo más importante; no es nuestro hogar, es el suyo. Y hay que saber aportar de la manera en que ellos viven, con paciencia, tranquilidad, paso a paso y entendiendo su manera de hacer las cosas. No podemos llegar y pretender hacer lo que nosotros haríamos, sino ayudar de la manera en la que ellos hacen las cosas.
Antes de llegar, hablé con Sergio y Neus, fundadores de la ONG, quienes me enseñaron todos los proyectos que había abiertos, todo lo que se podía hacer y todo lo que querían que yo hiciera o moviera en el centro. Me daba miedo. Iba sola, eran muchísimos proyectos y muchas cosas y no sabía si sería capaz de gestionar. Iba sola, sí, pero nunca estuve sola. Mendis, el coordinador local de la comunidad siempre está a tu lado, siempre te ayuda en todo lo que te propongas, te socorre con los plannings, los horarios (tanto de niños como de adultos), y te facilita muchísimo el trabajo.
El horario en la comunidad es de 9h a 13.30h haciendo talleres y todos los proyectos con la población adulta. Los niños, de lunes a viernes, tienen colegio por las mañanas, así que nosotros sólo estuvimos con ellos por las tardes, de 15h a 18h y algunos sábados por la mañana. El horario es muy variable, siempre y cuando se consensue con el coordinador Mendis, está todo sujeto a cambios. Cada lunes, os sentáis en una mesa con él y os organizáis la semana según qué queráis hacer y qué días, para poder avisar a la población y que asista a los talleres. Así que, siempre con responsabilidad, pero tenéis opción de cambiar todo.
Mi experiencia fue increíble. Me encantó. Me aportó muchísimo como persona, aprendí a valorar las cosas más pequeñas y a socializar y entender otra cultura. Participé en varios proyectos que os dejo detallados a continuación, pero, sin duda, me muero de ganas de volver a perderme por Sri Lanka y visitar de nuevo la comunidad.
Irene Micó.